La Iglesia de Villacadima es una construcción románica, de la que se conserva su exterior casi intacto, excepto el ábside que es del siglo XVI, y el ensache de las tres naves.
El mismo nombre de Villacadima denota ya una presencia árabe o mudéjar que tiene su traducción plástica en la decoración de su iglesia, en la que destaca su tosca portada abocinada, de cuatro arquivoltas con decoración vegetal de roleos, geométrica de zig-zag, y la más interna con grandes dentellones moriscos de perfil apuntado.
El conjunto de esta puerta guarda un gran parecido formal con las portadas de la Iglesia de Campisábalos y es obra probablemente del mismo grupo de artistas que formarían un taller románico.